¡LOVE IS IN THE HAIR!
Por eso quise ir a Londres y continuar mi formación. Pero, por diversas circunstancias, lo fui postergando hasta que, a
los 27 años, decidí trasladarme a vivir a la ciudad soñada. Sin conocer el idioma, la adaptación fue dura. Pero solo 4
meses después y aún con media lengua, empecé a trabajar en Tony&Guy, una de las firmas de peluquería más reconocidas mundialmente. Fue lo mejor que me había pasado en mi vida hasta ese momento.
El sueño dejó de serlo y se volvió realidad. ¡Love is in the hair!